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Consejos para organizar el Camino de Santiago: Guía práctica para peregrinos

30/05/2025

Camino de Santiago guia Imagen: Gunnar Wrobel

Para disfrutar por completo de una aventura, es fundamental dedicar tiempo a conocer recomendaciones útiles y a planear todos los aspectos que pueden hacer que la experiencia sea única y plenamente satisfactoria. Apunta nuestros consejos para organizar el Camino de Santiago, en esta Guía práctica para peregrinos, y haz que tu camino resulte aún mejor de lo que lo imaginaste.

 

8 grandes consejos para organizar el Camino de Santiago

Elegir la ruta, el mejor momento del año para realizarlo, el tipo de alojamiento o qué llevar de equipaje, son algunas de las claves que deberás resolver al planificar tu Camino.

¡Prepárate para absorber toda la información esencial que contienen nuestros consejos básicos, porque te servirán de gran ayuda para lograrlo!

1. Planifica el tiempo y la distancia

Una de las primeras cosas que hay que cerrar para comenzar a organizar el viaje, son los días que se dedicarán a realizar el camino y cuantos kilómetros se recorrerán en cada etapa.

Saber de cuánto tiempo dispones y cuanto quieres caminar, es esencial para elegir la ruta y el punto de partida. Puedes optar por dedicarle todo un mes, e ir haciéndolo con tranquilidad, o hacerlo en una semana o sólo unos días.

También hay que ser muy consciente del estado físico en el que nos encontramos. Cada persona tiene una resistencia y un ritmo distinto, y es fundamental conocer nuestras propias limitaciones a la hora de ajustar el plan. Sólo así se pueden evitar sorpresas desagradables cuando ya estemos en marcha.

De media un peregrino suele andar entre 20-25 kilómetros diarios. Una distancia entre 50 y 60 kilómetros para los que hacen el Camino en bicicleta.

Teniendo estos datos de referencia en cuenta, una persona que no haya entrenado mucho, es preferible que opte por iniciar la caminata con trayectos más cortos, para ir incrementándolos a medida que pasan los días y vaya cogiendo ritmo.

Para establecer una buena planificación, estas son las distancias recomendables por jornada en función de la capacidad física que se tenga:

  • Etapa de 15 a 20 km: adecuada para principiantes o personas no acostumbradas a andar mucho, y para aquellas que disponen de tiempo y quieren hacer el camino con calma.
  • Etapa de 20 a 25 km: adecuada para personas que pueden llevar un buen ritmo y tengan algo de experiencia.
  • Etapa de 25 km en adelante: adecuada para personas preparadas físicamente y acostumbradas a andar largas distancias.

Camino de Santiago Consumer
Foto de Basotxerri

2. Prepárate física y mentalmente

Completar el Camino de Santiago con seguridad, y habiendo disfrutado por completo la travesía, supone un gran reto en el que entran en juego tanto la forma física como la preparación mental.

Entrenamiento físico previo

Para llegar en buenas facultades físicas a la parrilla de salida y terminar el Camino hasta Santiago, es necesario comenzar a entrenar, mínimo, unas cuantas semanas antes.

Lo ideal es arrancar con recorridos regulares más cortos al principio, de entre 10 y 20 kilómetros,  e ir aumentando las distancias conforme vas teniendo más resistencia con el paso de los días.

Para habituar el cuerpo y favorecer la adaptación a los diferentes tipos de terreno que te vas a encontrar en la peregrinación, las rutas para entrenar deben incluir caminos por tierra, asfalto y que tengan pendientes.

Es muy importante realizar entrenamientos con el calzado y la mochila que usarás en tu viaje para ir acostumbrandote y estar seguro de que son los adecuados. Tener todo controlado en este sentido, te librará de sufrir molestas incomodidades durante la experiencia.

Realizar clases de pilates o yoga pueden complementar el entrenamiento, ayudando a mejorar la fortaleza muscular y la flexibilidad.

Preparación mental

Un reto como el Camino de Santiago requiere no sólo de preparación física, es importante también gozar de bienestar mental. La experiencia es un “viaje” también interior, de conexión personal e introspección y hay que saber gestionar bien todos los aspectos psicológicos durante la travesía.

Algunas recomendaciones importantes a tener en cuenta:

  • Ser optimista y mantener una actitud positiva y abierta.
  • No compararse nunca con otros peregrinos y establecer expectativas realistas en función de nuestras capacidades y necesidades.
  • Tomarse un tiempo todos los días para estar en calma, para reflexionar y practicar técnicas de relajación.

3. Anticípate a los cambios de tiempo y cubre las necesidades propias de cada estación

El tiempo y las condiciones climatológicas cambiantes a lo largo del año pueden condicionar la experiencia del peregrino. Por eso, es preciso estar preparado para afrontar lo que venga.

Recomendaciones generales y para los meses de verano

Sea cual sea la estación en la que decidas emprender el viaje, es aconsejable consultar el pronóstico metereológico diario, y que adecúes tu vestimenta y el equipamiento a lo que depare cada jornada.

Aunque parezca más necesario en verano, en tu mochila no puede faltar nunca la crema protectora solar, unas gafas de sol y una visera.

Tampoco debes olvidar incluir un impermeable ligero y una pequeña bolsa hermética para introducir dentro el móvil u otros dispositivos electrónicos. De esta manera, estarán protegidos de la humedad si, de repente, estalla una tormenta o hay un aguacero.

Además, en verano,  con más calor y días de temperaturas muy altas, hay que consumir más agua y bebidas isotónicas para prevenir la deshidratación. Siempre debes portar contigo una botella o una cantimplora.

Recomendaciones los meses de invierno

Los meses de invierno son los más tranquilos y tienen su encanto, porque ofrecen un paisaje especial y sereno.

Al haber mucha menos gente, permiten hacer la travesía con más calma, aunque también suponen un desafío mayor.

Las temperaturas son frías y cuentan con menos horas de luz. En ellos son frecuentes la lluvia, la humedad, el viento y la nieve, sobre todo por el norte y en zonas de montaña. Un tiempo adverso y unas condiciones especiales que exigen tener en cuenta estos puntos fundamentales:

  • Vestir ropa adecuada: con frío y realizando actividad física es muy importante regular la temperatura corporal. La prendas térmicas y llevar varias capas de ropa ayuda a hacerlo posible. Tampoco puedes olvidar un cortavientos impermeable, un gorro, una braga y guantes.
  • Usar calzado cómodo, resistente al agua: las botas o zapatillas de trekking con estas características son las más adecuadas porque mantienen los pies completamente secos en condiciones de lluvia, barro y humedad, garantizando el confort.
  • Un bastón de trekking o el clásico bordón.
  • Planificar cada etapa en función de la luz: los días son más cortos y las horas de luz menores. Esto hace necesario establecer muy bien la distancia y el ritmo de cada etapa del camino.
  • Hidratarse: con menos calor es normal tener menos sed, pero manteniéndonos activos hay que seguir hidratándose cada poco tiempo. Estos meses sigue siendo imprescindible llevar siempre encima una cantimplora o una botella con agua.


Foto de Simon Burchell

4. Organiza la mochila con todo lo esencial

Hacer el equipaje resulta un quebradero de cabeza para muchas personas. Y cuando, además, debe reducirse al mínimo para viajar con lo indispensable, tomar decisiones y tener que elegir lo básico, suele complicarlo aún más.

Sin embargo, dedicar algo de tiempo a pensar con calma en las cosas que debes incluir en la mochila, controlando muy bien el peso, hará que tu camino sea más cómodo y te evitará preocupaciones.

En el punto anterior te hemos adelantado ya algunas claves, que recogemos y seguimos completando, para que te sirvan de guía y no se te escape nada importante:

  • Ropa técnica que facilite la transpiración y camisetas de poliéster, evitando las de algodón porque mantienen más la humedad y tardan en secarse.
  • Una chaqueta impermeable ligera.
  • Una gorra o gorro de lana si la estación es fría.
  • Pantalones cortos (si va hacer calor).
  • Algunas mudas y pares de calcetines.
  • Una toalla de microfibra.
  • Gafas de sol.
  • Botas o zapatillas de trekking que sean impermeables. Aunque las botas de monte aportan una mayor sujeción y tracción, también son más pesadas, por eso es más recomendable el calzado de senderismo o trekking, que es más ligero y flexible. Perfecto para caminar largas distancias.
  • Un saco de dormir de grosor acorde a la época del año en la que se haga el camino. Es algo imprescindible cuando se duerme en albergues. Aunque muchos de ellos ofrecen sábanas, otros pueden no hacerlo, y las mantas suelen escasear.
  • Un botiquín bien equipado puede resolver imprevistos y pequeños problemas que surjan a lo largo de la aventura. Debería contener tiritas para ampollas y rozaduras, antisépticos o desinfectantes y vendas para heridas, analgésicos, medicamentos personales, tapones e incluso un repelente, muy útil en algunos lugares en verano.
  • Una cantimplora o una botella de agua y snacks que aporten energía, como barritas de cereales, frutas deshidratadas y frutos secos.
  • Un cargador o batería externa.
  • Original y una copia o imagen del DNI o pasaporte, una tarjeta de crédito y la credencial del peregrino. La credencial es necesaria para alojarse en los distintos albergues del camino y para lograr la Compostela al finalizar el viaje y llegar a Santiago.

Mochilas Camino de Santiago
Foto de José Antonio Gil Martínez

5. Elige el tipo de alojamiento

El camino ofrece diversas opciones de alojamiento para todos los gustos y bolsillos. Se pueden encontrar desde estancias económicas a otras mucho más confortables.

Albergues públicos y privados

Los albergues públicos del Camino son la alternativa más asequible cuando no se cuenta con mucho presupuesto. Están orientados a los peregrinos y es obligatorio mostrar la credencial para poder pernoctar en ellos. Por lo general, no se puede reservar plaza, y se van asignando camas en orden de llegada.

Se recomienda llegar pronto para no quedarse fuera. Tampoco se suele permitir alojarse en ellos más de una noche, salvo que exista una causa de fuerza mayor, como ponerse enfermo.

En los albergues privados sí es posible por lo general reservar de manera anticipada.

Tanto en unos como en otros  es habitual que dispongan de camas en habitaciones compartidas, y ofrecen servicios básicos como duchas y cocina.

Hostales y hoteles

Para peregrinos con más presupuesto y que busquen comodidad y la privacidad de una habitación, también existen hoteles y hostales. En ellos, además, se puede disfrutar de otros servicios extra.

En verano, que es plena temporada alta, puede ser muy complicado encontrar habitaciones libres. Para evitar problemas de disponibilidad se aconseja reservar con bastante antelación.

Casas rurales

Alojarse en una casa rural gestionada por locales es otra forma de vivir la experiencia del camino, compartir impresiones y profundizar en la cultura y en la gastronomía de la región.

En general, también es mejor reservar con el suficiente tiempo para asegurar una plaza.

Albergue
Foto de Simon Burchell

6. Planifica la alimentación durante todo el viaje

Lo que comas y bebas a lo largo del camino condicionará tu bienestar y tu rendimiento físico. Por eso es muy importante alimentarse e hidratarse bien.

Comida

La oferta gastronómica está completamente asegurada en cualquiera de las rutas que conforman el Camino de Santiago.

Resulta muy sencillo encontrar bares y restaurantes con menús repletos de platos típicos de cada región,  adaptados a las necesidades de los peregrinos, que son perfectos para reponer energía después de pasar horas caminando.

Es recomendable establecer una buena planificación de la comida diaria, en función de cada etapa y de la previsión de paradas que tengas previsto hacer.

Junto a la cena, perfecta para recuperar energía después del cansancio de todo el día, el desayuno es la otra comida más importante. Principalmente porque es la “gasolina” que te permitirá comenzar fuerte la jornada y afrontar con ganas las primeras horas de caminata.

Un buen desayuno, completo, debe incluir carbohidratos (pan, tostadas y cereales), proteínas (jamón, pavo, leche, queso o yogures), grasas saludables (aceite de oliva, frutos secos) y frutas.

No te olvides de llevar siempre contigo pequeños snacks, como frutos secos y barritas energéticas de cereales y muesli, y algo de fruta. Son alimentos básicos que te ayudarán a reponer fuerzas conforme vayan pasando las horas y el desgaste empiece a pasarte factura.

Hidratación

La hidratación también es vital y no debe descuidarse en ningún momento. Al hacer ejercicio y sudar es preciso reponer los líquidos que vamos perdiendo.

Aunque no se tenga sensación de sed, cada cierto tiempo hay que beber agua y bebidas isotónicas, ricas en minerales, magnesio, vitaminas y aminoácidos, ideales para llevar mejor la sensación de fatiga. El agua se puede portar en una cantimplora o en una botella y se pueden rellenar en las diversas fuentes que se encuentran por todo el Camino.

7. Viaja ligero de equipaje y planea el transporte de tu bicicleta

Hoy en día es posible realizar el Camino de Santiago con mayor comodidad, sin necesidad de cargar con el peso de la mochila o de preocuparte por el transporte de la bicicleta.

Varias empresas ofrecen servicios seguros de logística y transporte de equipaje y con todas las garantías.

Servicio de transporte de equipaje

Correos, por ejemplo, lleva muchos años poniendo a disposición de los peregrinos el Pack mochila de Correos. Una vez contratado, es un cartero el encargado de recoger tus cosas cada día de camino y llevarlas de albergue a albergue para que las tengas disponibles en cada nuevo alojamiento al terminar cada etapa.

Otra modalidad es el Pack peregrino. Con él puedes enviar directamente la mochila al punto de partida que elijas y al finalizar el viaje devolverla de nuevo a la dirección deseada. Esta opción resulta muy práctica cuando quieres disponer de ropa limpia al terminar el Camino, cuando tienes que hacer distintas paradas o varias conexiones antes de llegar al lugar donde comience tu aventura, o cuando esta experiencia forma solo parte de un periodo de las vacaciones, y ese equipaje sólo lo vas a usar en la peregrinación.

Servicio de transporte de bicicletas

Si quieres hacer el Camino de Santiago en bicicleta, puede resultar muy engorroso viajar con ella antes de comenzarlo, y después, al finalizar toda la travesía.

Diversas empresas y también Correos, con el Pack bicicleta, te dan la opción de enviar tu bici y las alforjas al punto que elijas y retornarla al terminar, dentro de España y a otros países europeos.

8. Planifica al detalle tu Camino con herramientas digitales

El uso de herramientas digitales como apps, páginas web especializadas o planificadores facilitan muchísimo el trabajo de organización del camino y el día a día de la aventura. Fundamentalmente porque recopilan y organizan información práctica y de interés, haciéndola accesible para que pueda ser consultada en cualquier momento y lugar. Permitiendo, además, obtener respuestas rápidas y datos actualizados.

Aplicaciones GPS para trazar rutas o ubicarse en tiempo real, aplicaciones que ofrecen información sobre la localización, la disponibilidad y las valoraciones de los albergues, que planifiquen paradas para descansar o comer, que registren los kilómetros recorridos por etapas y el progreso diario, o que te ofrezcan un pronóstico del tiempo y el clima, son solo algunas opciones.

Con el objetivo de ayudar a planear de manera sencilla el Camino, creamos nuestro Planificador del Camino de Santiago. Una herramienta muy completa con la que podrás dar forma a tu viaje ideal, eligiendo la ruta que más se ajuste a tus gustos y necesidades, los albergues en los que alojarte, o consultar las reseñas de otros peregrinos que hayan hecho tus mismas etapas. Todo a la vez, y estando siempre accesible, sin preocuparte de si tienes conexión a Internet.

Sigue estos consejos y no dejes nada en el aire. Teniendo todo bajo control no habrá contratiempo que te quite el sueño, y podrás centrarte en lo verdaderamente importante, vivir intensamente el Camino de principio a fin.

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