De Fisterra a Muxía: un paseo por el fin del mundo
Por Xunta de Galicia | 01/04/2017
El tramo de Fisterra a Muxía implica seguir una vez llegados a Santiago de Compostela y trasciende el habitual Camino de Santiago. Pero el destino es el océano y sus inmensos atardeceres desde la costa conocida como el fin de la tierra. En este artículo aprenderá por qué merece la pena continuar hacia el mar tras haber llegado a Santiago, cómo es la etapa de Fisterra a Muxía y cuáles son sus rutas principales.
Destino Fisterra: un paseo por el final del mundo
Los pueblos prerromanos creían que la Costa da Morte era el lugar donde las almas ascendían al cielo: un espacio mítico y simbólico que dejó boquiabiertos a los conquistadores romanos que vieron desaparecer el sol detrás del inmenso océano. Desde entonces, el extremo del cabo de Fisterra magnetiza por igual a cada visitante.
El tramo del Camino de Santiago que transcurre de Fisterra a Muxía es la plasmación más fiel de ese histórico grito del peregrino, que exclama ¡ultreia! ("¡vamos más allá!"), mientras que otro le responde ¡et suseia! ("¡y vamos más arriba!"). En efecto, muchos peregrinos tras alcanzar la meta de Santiago de Compostela deciden conocer este fin del mundo, y no dudan en superar los sacrificios de las duras jornadas pasadas para caminar ahora, al menos, cuatro o cinco días más. Son 89 los kilómetros los que quedan hasta Fisterra, y 87 kilómetros hasta Muxía.
Historia de la ruta
La historia de esta ruta del cabo de Fisterra a Muxía ha sido una mezcla de paganismo y posterior proceso de cristianización. A partir del siglo XII, el Códice Calixtino ya vincula este tramo del camino con la tradición jacobea.
Además, dos de las devociones religiosas más populares de Galicia tienen en Fisterra y Muxía su sede: son el Santo Cristo de Fisterra y el santuario de la Virxe da Barca de Muxía.
¿Cómo es el tramo de Fisterra a Muxía?
Atrás habremos dejado una bellísima salida inicial de Santiago de Compostela entre carballeiras (robles) centenarias y el cauce del poético río Sarela; luego, el paso por la villa de origen medieval de Negreira o la comarca ganadera de Xallas.
El doble topónimo de este tramo del camino, Fisterra y Muxía, nos indica que son dos los destinos últimos de este final después de la meta. En Olveiroa, el camino se bifurca: podemos llegar primero a Fisterra a través de Corcubión o bien a Muxía. Sea cual sea nuestra decisión, es obligado caminar luego entre las dos villas en un trayecto impresionante de luz y naturaleza en su máxima expresión.