Una mañana de septiembre
Una mañana de septiembre a las 6 horas mi hija y yo iniciamos una etapa del camino. Lo empezamos con un tiempo característico de la Galicia más fiel.
Teníamos miedo, parecíamos dos sombras en un día oscuro, seguido de una llovizna y una niebla fantasmal que nos recordaba nuestros peores presagios.A 100 metros más adelante vimos un peregrino con una linterna para marcarnos el camino y demostrarnos que está de acuerdo con nuestra aventura y que no estamos solos.
El camino de Santiago es un desafío, a tu cuerpo, a tu realidad, a tus pensamientos. Dicen que el camino te atrapa, y lo repites. La primera vez es mágico, tenebroso y sorprendente. La segunda vez es cordial confiado y más bello.
Caminar 8 o 12 horas no es algo usual, pero en el camino es lo normal. Mientras lo haces tienes frio y calor, te duele todo y nada, tienes hambre y tienes sed. Pero puedes esperar perteneces al camino y el te da todo lo necesitas, no busques nada más. Tienes una determinación y eso te hace fuerte muy fuerte casi indestructible.
BENI